El anuncio de la campaña por el Conurbano, con el mapa gigante de la estrategia, fue un hecho que generó muchos comentarios y disparó el plenario final. Se escucharon opiniones y puntos de vista diversos, acerca de la consigna recurrente “¿Es posible o no?”. La mayoría apoyó esta campaña, resaltando su originalidad y destacando las posibilidades concretas de realizarla. Ramón Olivera, integrante del Foro Barrial de Presupuesto Participativo de Barrio Manuelita en San Miguel, dijo que “nada es imposible, cuando comenzamos con el Presupuesto en el barrio parecía irrealizable, pero que si hemos llegado hasta acá, el desafío ahora es impulsarlo en toda la provincia, por causas justas y comunes para encontrarnos y luchar por esta herramienta tan valiosa”.
Luego llegó el turno de Enrique Emiliani, ex concejal de San Miguel que presentó el Proyecto de ordenanza del Presupuesto por el 2006, y hoy se encuentra en la Secretaría Ejecutiva de la herramienta en el distrito. Dijo que “en el Primer Congreso nos preguntamos también si era posible, y logramos que el Presupuesto Participativo se aprobara por unanimidad. Hoy creemos que es una necesidad superar la democracia representativa con participación, para que los ciudadanos sean sujetos políticos todos los días y no cada dos años.” Luego, citó a Scalabrini Ortíz para decir que “el Estado se construye desde abajo’, por eso debemos hacerlo desde los barrios. Hoy nos dimos cuenta de que no es posible, es necesario. Para llegar a un país libre, justo y soberano para todos”.
En el Congreso, también estuvieron presentes representantes de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) regional Provincia de Buenos Aires. Ellos nos decían que “celebramos el espacio de debate genuino de nuestro pueblo, con esperanzas de que marquen el destino del país de acá en adelante. Desde nuestro lugar, no pensamos si es posible o no, lo hacemos. Debemos trascender con estas herramientas, porque no tenemos fronteras: si estamos decididos, lo podemos lograr; en ese caso, las fronteras somos nosotros mismos”.
Sergio Ebis fue el último en hablar. Hizo incapié en la importancia de la organización en estos procesos transformadores, en tiempos que se habla mucho de espontaneidad en los grandes medios. “Es muy importante rescatar nuestra experiencia que tiene que ver con la organización. Hay una batalla cultural que hay que dar. Por ejemplo, estos últimos días en los medios se está valorizando el espontaneísmo, en realidad ahí se estaba desvalorizando la organización. La Carta y todo lo que se está gestando hace 20 años tiene que ver con eso. Imagínense, si lo que pasó en el 2001 –algo que fue una manifestación espontánea- se hubiese organizado hoy se estaría hablando de otra cosa. Nuestro principal valor es organizarse, más allá de que haya más o menos acuerdo en diversas cuestiones secundarias, debemos unirnos y reforzar este camino de construcción de poder popular”.
Con un inmenso aplauso se dio el cierre protocolar al 2º Congreso. Quedando a criterio personal y subjetivo resignificar ese festejo: descifrar si se celebró lo hecho en esas dos jornadas; lo conseguido desde el 1º Congreso hasta el momento; o si simplemente fue un aplauso que impulsará lo que vendrá de ahora en más, lo que llenará de energía el camino a seguir. El espacio de encuentro y reflexión no cerró en esos instantes, seguirá en cada uno de los lugares donde nos volvamos a encontrar para seguir formando con acciones la Democracia que Queremos. Así que no se vayan, pongan la pava, cambien la yerba y súmense a la ronda, que el mate va a seguir girando.
Palabras de Sonia Mendoza