22 may 2009

La Asamblea de Mujeres por la Paz en Colombia

Si hay un país en el que la lucha por la igualdad y la justicia ha resultado particularmente cruenta y descarnada, ese es Colombia. En el escenario actual de guerra, hay tantos actores y sus intereses son, a la vez, tan opuestos y complementarios que resulta muy difícil establecer un diagnóstico preciso de su situación.


Los grupos guerrilleros -las FARC, el ELN-, los paramilitares y sus vínculos probados con el Gobierno de Álvaro Uribe, los grupos paramilitares emergentes -Águilas Negras-, el Ejército, los traficantes de droga; todos son parte principal del conflicto armado, y entre todos conforman una red de constantes interacciones que torna casi imposible establecer referencias claras con respecto a esta nación. Sin embargo, si algo está claro es que en este país de feroces contrastes, hay muchísima gente que dedica su vida a luchar para salir de esa interminable espiral de violencia. Una de ellas es Rocío Claros, miembro de la Plataforma Continental de Mujeres Paz con Justicia para Colombia, que dialogó con La Posta Regional.


- La Posta Regional : ¿De qué trata la organización de la que formás parte?

-Rocío Claros: Soy parte de una organización en Colombia que se llama Asamblea de Mujeres por la Paz . De ella surge, de una convergencia de organizaciones colombianas y argentinas, ésta que se llama Plataforma Continental de Mujeres Paz con Justicia para Colombia. Lo que estamos tratando de hacer es mostrar cómo el conflicto armado en Colombia ha agravado la situación de violación de los derechos contra las mujeres, y en ese sentido hemos estado buscando solidaridad de todos los demás pueblos de Latinoamérica. Sabemos que también los derechos de las mujeres latinoamericanas están siendo violados, pero el caso colombiano está agravado por el genocidio, la impunidad, la crisis del Estado colombiano y su criminalidad.


Por eso es que todas las mujeres colombianas que no veíamos una salida cercana a ese problema vimos la necesidad de organizarnos, y nuestras hermanas argentinas han sido muy atentas a ese llamado que hemos hecho. Conformamos entonces la Plataforma , que tiene una declaración y dos consignas principales: una es la salida política al conflicto armado, pero con justicia social. Es decir, revisar qué es lo que generó ese conflicto, sus causas, y repararlas, sobre todo en lo que tiene que ver con las mujeres. La otra es el intercambio humanitario como una de las herramientas inmediatas para dar fe de la disposición de los actores del conflicto a esa salida política y pacífica del mismo, entendiendo que la paz es resolver todos esos problemas sociales, políticos y económicos, históricos de la sociedad colombiana. Lleva tiempo, pero el estado no ha tenido la voluntad de hacerlo.


-LPR: Es cierto que América Latina es un continente muy machista y que la situación de las mujeres no es buena en muchos países. Pero, ¿Cómo se agrava esa situación en Colombia teniendo en cuenta justamente el conflicto armado y la inoperancia del Estado?


-RC: La relación entre el conflicto armado y la violación de los derechos de las mujeres aparece en muchas formas. Una es el uso del cuerpo de la mujer como botín de guerra. ¿Qué quiere decir eso? Que, por ejemplo, una manera de atacar al enemigo es violar a su compañera, su hermana, su hija. Otro tema es la definición de patrones de control social que regulan el comportamiento de las mujeres, su forma de vestir, de hablar, con quién relacionarse. No hay libertad para elegir relaciones afectivas, que están determinadas por los actores políticos que están en pugna.


El conflicto, además, desvía otras violaciones culturales, que ya estaban establecidas por nuestro modelo patriarcal. Eso hace que el país sea reacio a avanzar, por ejemplo, en temas como la despenalización del aborto, la anticoncepción, toda la política de reproducción que el Estado debe establecer para que haya una garantía de acceso y oportunidades que sea la misma tanto para mujeres como para varones. Las mujeres, así, siempre están en una posición de mayor vulnerabilidad.


Otro factor a tener en cuenta es que cuando se instalan las bases militares, hay dos actores en los que se busca sacar información, los niños y las mujeres. Así se hace inteligencia militar, a través de la conquista. También aparecen los casos de embarazos forzados, no reconocidos por el Ejército, cuando éste instala sus bases. Por otra parte, las mujeres, igual que los hombres, sufren mutilaciones, masacres. Hay desapariciones forzadas, desplazamiento. De la población desplazada en Colombia, la mayoría son mujeres. Ésto, por dos factores: en principio, la amenaza directa, y además porque a cierta edad, hay riesgo para las madres de que sus hijos sean reclutados por el Estado o por cualquiera de los sectores en guerra, y entonces tienen que desplazarse para que ellos no sufran ese flagelo.


En cuanto a lo económico, la situación de salarios, de trabajos, de apropiación de la tierra es muy precaria para las mujeres, parece como si viviésemos en otra época. También se ve que, pese a que las mujeres participan en procesos políticos, sus compañeros no reconocen auténticamente su lucha y las propuestas que ellas hacen. Así, las mujeres tienen que ser mucho más insistentes, luchadoras y creativas para que esos procesos, sus ideas, puedan ser reconocidos.


-LPR: ¿Cuál es la perspectiva de la organización a futuro?


-RC: Estamos apostando a todo lo legal y legítimo, todo lo que posibilite una transformación creativa. Nuestra lucha no es sólo por las mujeres, también luchamos por nuestros compañeros, hijos, hermanos, llamando la atención de que sus ideas de transformación revolucionaria tienen que vincular y complementarse con el cambio respecto a la situación de la mujer. Hay una apuesta electoral (Polo Democrático Alternativo) y hay otra, Colombianos y Colombianas por la Paz. Esas son nuestras apuestas, y jugar mucho con lo simbólico, para poder seguir insistiendo con lo nuestro. En ese sentido, creemos que el apoyo del resto de los pueblos de Latinoamérica nos tiene que ayudar a salir. La integración es oír las luchas de cada pueblo y aprender de ellos, pero en este momento el territorio en disputa es Colombia y es un territorio que hay que ganar

-LPR: La última, y teniendo en cuenta la coyuntura argentina, con respecto a la Nueva Ley de Radiodifusión, ¿Cómo se hace para articular la lucha en los medios de comunicación, en un país como Colombia, en lo que éstos aparecen tan concentrados (NdeR: El Tiempo, el periódico más importante del país, es propiedad de la familia Santos, que tiene dos integrantes en el Gobierno de Uribe, el Vicepresidente, Francisco, y el Ministro de Defensa, Juan Manuel).


-RC: El punto más difícil de todo es la comunicación; la legitimidad política esta muy vinculada a los medios de comunicación. Lo simbólico, las mujeres, su cuerpo, el tipo de hombre que se quiere para la sociedad, el tipo de mujer, todo eso está definido por los medios. Se han hecho muchos trabajos de radio, prensa, pero son pequeños y son muy perseguidos por el Gobierno de Uribe. Internet, en ese sentido, se ha convertido en una herramienta fundamental para articular nuestra propuesta con otros países y para difundir las luchas que estamos llevando a cabo.